Carlos Foxley, presidente ACADES: “Sin desaladoras, hubiese sido imposible tener el crecimiento que ha tenido Antofagasta”

Con una capacidad instalada actual de 8.500 l/s, a través de la desalación de agua de mar, Chile busca resolver la crisis hídrica de más 15 años que afecta a varias zonas del centro y norte del país.
Minería Chilena

A pocos días de iniciar el Mes de la Minería, actores del sector minero destacan cómo la industria minera se ha transformado en un impulsor crucial para el desarrollo y habilitación de plantas desalinizadoras. En entrevista con el presidente de la Asociación Chilena de Desalinización A.G (Acades), Carlos Foxley, el ingeniero detalla cómo la capacidad minera de la Región de Antofagasta ha sido el nodo clave para el impulso de las desaladoras en Chile.

De hecho, Foxley destaca la planta de Escondida|BHP, instalada al sur de Antofagasta-Puerto Coloso- que hoy produce un poco más de 3.800 l/s, equivalente a más del 40% de toda el agua de mar que se desaliniza en el país. Asimismo, con la puesta en marcha de las desaladoras de Quebrada Blanca Fase 2 de la canadiense Teck; Minera Los Pelambres de Antofagasta Minerals y la expansión de Mantoverde de Capstone Copper- programadas para finales de 2023- se incrementará en un 29,4% la capacidad actualmente instalada.

¿Cuáles son las zonas de Chile más críticas en términos de déficit hídrico?

Actualmente hay 101 comunas que tienen decretos de escasez hídrica, lo que permite ver que el problema del déficit hídrico es severo y afecta a gran parte de la población. Especialmente críticas son áreas rurales de las regiones de Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y Ñuble y a nivel de ciudades, sin duda que la situación de La Serena/Coquimbo y Valparaíso/Viña del Mar son muy preocupantes.

¿Dichas zonas podrían ver satisfecho su déficit hídrico exclusivamente operando más proyectos de plantas desalinizadoras de agua de mar? ¿Qué más podría ser necesario?

El déficit hídrico que tenemos no se soluciona solo con desaladoras. De hecho, ninguna solución por sí sola puede hacerlo. Hay que combinar diferentes medidas, como por ejemplo, reducir el consumo doméstico e industrial, disminuir pérdidas en la red de distribución, continuar mejorando los sistemas de regadío, reusar aguas grises y aguas tratadas. Hoy se vierte al mar alrededor de 10.000 l/s de aguas tratadas que podrían utilizarse para usos industriales o riego con tratamientos adicionales.

Antofagasta: desalación desde la capital minera

Antofagasta ha sido por excelencia la región minera en incorporar agua desalada. ¿Cuál ha sido el balance? ¿Ha traído beneficios para la población?

Sin ningún lugar a dudas.  Hoy ciudades como Tocopilla y Mejillones se abastecen de manera segura y confiable, sin interrupciones, en un 100% de agua de mar desalada. Lo mismo Antofagasta, en que más del 80% de la ciudad recibe agua desalada. Esto ha permitido mejorar la calidad de vida de sus habitantes, y tener un crecimiento económico y territorial sostenido desde hace 20 años cuando comenzó a operar la desaladora de La Chimba.

Siguiendo con el ejemplo de esta misma región, ¿qué pasaría si no hubiera desaladoras? 

Sin desaladoras, hubiese sido imposible tener el crecimiento que ha tenido la Región de Antofagasta, no solo por el agua potable que hoy es un suministro continuo, seguro y confiable, independientemente del agua que hay en la cordillera, sino porque también las desaladoras construidas para abastecer a los proyectos mineros y energéticos de la región han permitido el desarrollo de estas actividades que, sin desalación, no hubiesen sido posibles. Especialmente importante han sido las desaladoras instaladas en las plantas termoeléctricas y de empresas como BHP para Escondida, instaladas al sur de Antofagasta en Coloso, que hoy produce un poco más de 3.800 l/s, más del 40% de toda el agua de mar que se desaliniza en el país.

¿Qué relación existe entre la minería y la desalinización en Chile? ¿Qué porcentaje de las desaladoras están vinculadas con esta industria?

La minería ha sido el principal motor de desarrollo de esta industria.

De hecho, actualmente aproximadamente el 80% de la capacidad instalada de producción de agua desalada en Chile abastece a la minería, y ese porcentaje no variará considerablemente en el corto o mediano plazo.

Y es muy importante resaltar que el esfuerzo que ha hecho la minería desarrollando proyectos de desalación ha permitido disminuir considerablemente el consumo de agua continental en la industria, lo que permitirá una recarga de los acuíferos y mayor agua disponible para el consumo humano y otras actividades productivas como la agricultura.

Inversión y legislación

¿Cuál es el costo de inversión promedio para construir y luego operar una planta desaladora?
Los costos de inversión varían dependiendo de muchos factores, como el tamaño de la planta, su ubicación, el tipo de suelo, las obras marinas necesarias, la infraestructura previa existente en la zona, etc. Pero como orden de magnitud, hoy se puede considerar que el CAPEX de una planta desaladora en Chile estará en el orden de 2.000 US$/m3/d de capacidad instalada y su consumo específico será del orden de 3 a 3.5 KWh/m3 todo incluido, considerando que entrega el agua en un estanque en la playa. Estos valores no incluyen la inversión ni el OPEX del sistema de transporte e impulsión del agua desalada desde la planta al punto de consumo.

¿Cuál es el tiempo promedio que demora en concretarse un proyecto de desalación?

Lamentablemente, la fase que más toma tiempo en el desarrollo de un proyecto de desalación es la de la obtención de permisos, principalmente de la Concesión Marítima (pueden ser tres años, pero también puede extenderse hasta 10 años) y de la Resolución de Calificación Ambiental. Otros ejemplos de permisos que pueden tomar mucho tiempo son los de Obra Hidráulica Mayor y los del Consejo de Monumentos en que caso de existir vestigios arqueológicos, pueden demorar más de un año.

De este modo, el promedio para obtener los permisos para construir una desaladora de agua de mar es de 4 a 6 años, lo cual es demasiado tiempo cuando tenemos ciudades que no saben si podrán subsistir sin racionamiento en 3 o 4 años más. Y es que, a la fase de tramitación de permisos, hay que añadir alrededor de 3 años más para la construcción propiamente tal, de modo que lo normal es que los proyectos de desaladoras demoren, como mínimo, 6 a 7 años, siendo lo normal, en Chile, alrededor de 10 años.

¿Cómo se podría avanzar hacia una regulación clara en materia de desalinización?

Hoy se está discutiendo un proyecto de ley en la comisión de recursos hídricos del Senado que intenta ordenar muchas de las materias mencionadas creando una concesión de desalación, por lo que confiamos que se apruebe pronto pues consideramos que establecerá un marco regulatorio que dará estabilidad al desarrollo de infraestructura para aumentar nuestra resiliencia hídrica.

En lo inmediato, es urgente acortar los plazos de los permisos y brindar seguridad jurídica, en el sentido que los proyectos que cuenten con las autorizaciones y permisos respectivos no sean judicializados.