El Mercurio  

Desalinización se instala como prioridad frente a grave sequía

A inicios de 2018, el gobierno de Sudáfrica anunció que si el agua en Ciudad del Cabo llegaba a sus niveles mínimos, cortaría el suministro de la capital dejando a su población sin agua. Lo llamaron el ‘Día Cero’. Y en Chile, ¿ya estamos en cuenta regresiva?

Hoy más de la mitad de las comunas del país está bajo decreto de estrechez hídrica y algunas localidades de la zona centro norte ya viven con racionamiento de agua. El calentamiento global ha provocado en Chile una agresiva y prolongada sequía de 13 años, y las autoridades han alertado de la alta vulnerabilidad hídrica que enfrentamos.

Si bien Ciudad del Cabo fue la primera ciudad que sobrevivió al fantasma de quedarse sin agua, definitivamente no será la última. El Cairo, Jakarta, Sao Paulo, Beijing y Tel Aviv vivieron una situación similar. La pregunta fue la misma: ¿cómo asegurar el suministro de un recurso cada vez más escaso?

La desalinización de agua de mar ha demostrado que puede dar respuesta a la interrogante por el abastecimiento y ha sido la elección de la mayoría de los países que han logrado la resiliencia al cambio climático.

Convencidos de que la desalinización es una industria clave para el reto hídrico de Chile, en 2021 se creó la Asociación Chilena de Desalinización (Acades), con el fin de promover políticas públicas relativas a consolidar el tratamiento de agua de mar como una fuente alternativa de agua fresca para el país.

El gremio, que se fundó con 12 socios en julio pasado, hoy ya suma 31 actores de diferentes industrias: AAGES, ABB, Acciona, AES Andes, Aguas Andinas, Aguas Antofagasta, Aguas Nuevas, Alma Water Solutions, Barros & Errázuriz, Black & Veatch, Bloom Alert, Bonatti, Cadagua, CDM Smith, Colbún, Econssa, Ecopreneur, GS Inima Chile, IDE Technologies, Idom, Keepex, Low o2 SpA, Nitto Denko, Oceanus, Pares & Alvarez, Prieto Abogados, Simtech, Suez, Soltex, TDM Chile y Trends.

‘Lo que buscamos es contribuir a generar las condiciones para promover la desalinización, el reúso y cuidado del agua. En el escenario de sequía, debe asegurarse el abastecimiento de agua potable a la población y atender los requerimientos de las diferentes industrias y actividades que tienen una disponibilidad cada vez menor de aguas continentales’, afirmó Carlos Foxley, presidente del gremio.

La paradoja del náufrago

La principal causa de muerte de un náufrago, pese a estar rodeado de agua, es la deshidratación. La premisa es muy fácil: el agua de mar no es apta para el consumo. Se debe tratar.

Durante años, por su precio competitivo y disponibilidad, se privilegió el agua continental; sin embargo, en tiempos de escasez, la desalinización ‘permite obtener agua a partir de agua de mar, recurso que tenemos disponible en más de 4.000 kilómetros de costa en todo nuestro país’, dice Víctor Contreras, gerente general de Pares & Álvarez.

Las razones por las que no se ha avanzado suficientemente en esta solución, señalan desde la industria, son el desconocimiento de la población, la falta de un marco regulatorio y la dificultad para tramitar y obtener los diferentes permisos, como la concesión marítima, la que puede tomar hasta tres años y elevar los costos.

‘Debemos planificar como sociedad qué soluciones deberíamos impulsar y apoyar, de manera de contar con el recurso en el futuro, respetando el cuidado del medio ambiente en todas sus etapas’, indica Alberto Kresse, miembro del Comité Técnico de la Acades. Y agrega: ‘el verdadero costo del agua es el de quedarnos sin el recurso’.

Desde Acades explican que la tecnología ha progresado significativamente para aplicarla respetando la naturaleza y comunidades.

‘Creemos que todas las plantas deben cumplir con los más altos estándares, asegurando un desarrollo sostenible. No hay opción de que esto no sea así, pues hoy existe la tecnología y el conocimiento para lograrlo’, afirma Foxley.

Por su parte, Rodrigo Silva, presidente de Trends, explica que ‘es necesario el desarrollo de proyectos de desalación multiusuario y con energía limpia, de manera que el agua desalada pueda ser una solución para distintos usuarios e industrias’.

La desalinización como seguro

Comúnmente se creía que el seguro de agua del país eran los glaciares. Con los bajos niveles de nieve acumulada actuales y un déficit superior al 50% en la cantidad de hielo en la zona centro norte, según informó el MOP en diciembre de 2021, esa garantía caducó. La mayor acumulación de agua del mundo está en el océano.

Para el experto en desalación de CDM Smith, Rubén Muñoz, esta ‘representa una fuente asequible y es la única cuya variabilidad no depende de la sequía ni del cambio climático’. En AES Andes concuerdan: ‘es una infraestructura de seguridad hídrica cuya continuidad y disponibilidad es incluso mayor a otras alternativas como los reservorios, mega estanques y embalses’, dice Diana Ewing, gerenta de desarrollo de la energética.

La geografía estratégica de Chile para el desarrollo de la industria está dada, entre otras, por tener gran parte de la demanda a pocos kilómetros de la costa. Ciudades como Antofagasta, Tocopilla y Mejillones cuentan en su red con agua desalada y una alta seguridad hídrica.

Aunque parece la solución natural para La Serena, Coquimbo o Valparaíso, la desalinización puede aplicarse en ciudades del interior como Santiago y zonas rurales, cuya demanda ha sido cubierta con medidas como camiones aljibes.

‘El desafío también es buscar soluciones chicas o medianas que sean capaces de abastecer una pequeña población con un equipo de baja inversión y de rápida instalación’, señala Matías Larraín, encargado de Proyectos Zona Centro, Norte de Keepex.

Economía circular

Contribuir a la economía circular es uno de los compromisos adoptados por Acades. A ojos de los expertos, la desalinización es clave para el reto hídrico y sus usos contribuyen a mejorar la vida de las personas y la resiliencia al cambio climático.

Entre los casos más emblemáticos está el proyecto de invernaderos liderado por Aguas Antofagasta, el que utiliza agua desalada para cultivos de hortalizas. Carlos Méndez, gerente general de la sanitaria, comentó: ‘En este contexto de liderazgo, hemos dado un paso más allá, aportando a un crecimiento inédito de la agricultura urbana’.

Sin dudas, la minería ha liderado el desarrollo de plantas desaladoras en el país, demostrando que la desalinización aplicada a sectores productivos ‘es una solución que permite, además, liberar recursos hídricos continentales, descomprimiendo los posibles conflictos por el uso de agua’, afirma Waldo López, gerente de Desarrollo de Negocios de Agua de Acciona.

Chile tiene una meta para la sustentabilidad hídrica. Los actores de la industria concuerdan en que debe primar una mirada medioambiental, institucional y económica, considerando la disponibilidad y confiabilidad de las nuevas fuentes de agua.

‘Hoy debemos cuidar el agua que tenemos, promover el reúso de las aguas tratadas y construir plantas desalinizadoras. No hay ninguna razón para que haya racionamiento, restricciones o gente sin acceso al agua. Tenemos una tecnología madura y sostenible, capaz de aplicarse cuidando el medio ambiente y con las más altas exigencias’, dice Carlos Foxley. Y advierte: ‘Pero hay que trabajar, y hay que hacerlo rápido, está en nuestras manos esperar que vuelva a llover como antes o comenzar a invertir en implementar soluciones de inmediato’.