Diario Financiero

En medio de la sequía, la desalinización cobra fuerza con miras a aumentar la disponibilidad de recursos hídricos. El gremio que impulsa su desarrollo espera que la capacidad de producción se triplique en la próxima década.

Chile sigue sumido en una profunda sequía. La lluvia caída no alcanza la mitad del promedio histórico, mientras que los principales embalses operan a poco más de un tercio de su capacidad. Considerando esos datos, las plantas desalinizadoras son clave para aumentar la disponibilidad del recurso y parte central del plan nacional que busca promover el uso eficiente del agua, que fue presentado en el gobierno anterior.

La capacidad de producción instalada en desalinización ya supera los 8.000 l/s, pero podría triplicarse para 2032, según estimaciones de la Asociación Chilena de Desalinización (Acades).’La desalinización de agua de mar es la única fuente nueva de agua fresca que no depende de las lluvias y que tiene un potencial prácticamente infinito, ya que el 97,5% del agua del planeta está en los océanos y Chile es afortunado al contar con una extensa costa’, afirma Carlos Foxley, presidente de la organización y quien cree que es urgente poner el pie en el acelerador para construir más desalinizadoras en la zona norte y centro del país.

El proyecto Aguas Marítimas, que levanta CRAMSA en la región de Antofagasta, busca cubrir la demanda hídrica e impulsar el desarrollo de nuevas iniciativas, ayudando también a la continuidad operacional de las que ya existen.’Esto permitirá hacer una minería sostenible, puesto que se dispondrá de agua desalada proveniente del mar para las operaciones, liberándose progresivamente del uso de aguas terrestres’, sostiene Hugo Lecaros, gerente de Asuntos Corporativos de la firma.

Y es que, para la minería, el agua es un recurso estratégico y se necesitará aún más, debido a las bajas leyes de los yacimientos, acota Fabio Fortes, gerente senior del Centro de Excelencia en Minería y Metales de EY.’Los procesos de desalación son clave para reemplazar el agua de origen continental y es urgente que la industria siga avanzando con inversiones para el tratamiento y posterior uso del agua de mar’, comenta el ejecutivo.

Impacto ambiental

Según Carlos Foxley, las desalinizadoras han tenido un impacto muy positivo en la actividad minera pues, junto con su desarrollo la industria ha liberado aguas continentales que se utilizan para el consumo humano, agrícola o para recargar acuíferos y favorecer a los ecosistemas.

Además, dice que todas las desalinizadoras instaladas por la minería en Chile ‘han sido sometidas al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, de modo que cumplen con todos los estándares que exige nuestra normativa, lo que las ha llevado hoy a representar el 80% de la capacidad instalada de desalinización que existe en Chile’.

En este contexto, Diana

Ewing, presidenta del comité de Innovación y Tecnología de Acades, comenta que la desalinización de agua de mar por ósmosis inversa ha tenido un desarrollo acelerado, especialmente en consumo eléctrico. ‘Ha permitido bajar desde los 25 KWh/m3 de los años 70 a menos de 3 KWh/m3 en la actualidad, lo que representa un avance notable. Asimismo, sus principales componentes

-las membranas- han reducido su precio considerablemente en los últimos 30 años’, explica.

Sin embargo, aún existen desafíos que limitan los beneficios de este método, observa Fabio Fortes, en un escenario donde cree que es necesario aumentar las inversiones en innovaciones que favorezcan la sostenibilidad.’La industria no debe olvidar actuar en otros frentes que contribuyan al uso más eficiente de este recurso, como por ejemplo, invertir en la mitigación de fugas y el uso de agua recirculada’, concluye el ejecutivo de EY.