Las razones del optimismo de la industria desaladora

Iniciativas como la aprobación de la Ley 21.639, que permite al MOP el desarrollo de proyectos hídricos, anuncios de nuevas licitaciones públicas en regiones e, incluso, la propuesta de pacto fiscal, están detrás de las expectativas que el sector tiene para este año.
DF

Según las cifras que maneja la Asociación Chilena de Desalación y Reúso (Acades), actualmente Chile cuenta con 24 plantas desaladoras en operación, cinco en construcción, tres con calificación ambiental favorable y 17 proyectos en distintas fases de evaluación.

Como explica Néstor Rojas Alcayaga, gerente general de CDM Smith, Chile cuenta con las capacidades técnicas para seguir desarrollando proyectos de suministro hídrico en base a desalación de agua de mar, “lo que se ha demostrado con comunidades e industrias completas que han elegido esta opción de suministro hídrico, como, por ejemplo, Tocopilla o la gran minería de cobre, que ha ido migrando desde el uso de agua continental a agua desalinizada e incluso directamente agua de mar”. Pese a ello, el sector ha presentado importantes demoras en la obtención de permisos para desarrollarse. «Los mayores desafíos que están enfrentando los proyectos de desalación son territoriales, ambientales y comunitarios, lo que implica que las tramitaciones de los permisos ambientales se vuelvan extensas y con altos grados de incertidumbre, lo que conlleva dificultades para el cierre de financiamiento, impacto en los tiempos de ejecución, y aumentos de costos de inversión y operación”, aclara el ejecutivo de CDM Smith.

Por esa razón, resulta clave lograr acuerdos, tanto a nivel político como comunitario y en el sector privado, que permitan avanzar en esta materia. El fin de
2023 trajo buenas noticias para el sector, como la aprobación de la Ley 21.639 (que faculta al Ministerio de Obras Públicas ¡para el estudio y construcción de infraestructura hídrica), las modificaciones presentadas por el Ejecutivo al sistema de permisos y el anuncio de licitaciones para construir nuevas plantas desaladoras, por ejemplo.

Definiciones estratégicas “Albergamos grandes expectativas para 2024, pues tenemos buenas razones para pensar que puede ser un año de definiciones estratégicas”, expresa Carlos Foxley, presidente de Acades. “Con una normativa robusta y el Estado apoyando el financiamiento de proyectos a través del sistema de concesiones u otros métodos, según sea más eficaz en cada caso, se allana el camino para que iniciativas que hoy están en desarrollo. puedan avanzar con mayor celeridad. Además durante 2024 avanzará significativamente la construcción de grandes desaladoras en las regiones de Valparaíso, Antofagasta y Tarapacá, e ingresarán a evaluación ambiental nuevos proyectos”, adelanta Foxley.

Luis Alberto Darraidou, socio del estudio ULRD Abogados, asegura que la reciente promulgación de la Ley 21.639 hace ¡pensar que este año será un período clave para la desalación en Chile: «En respuesta a esta normativa, la cartera de proyectos del ministerio contempla la licitación de la planta desaladora para la Región de Coquimbo en 2025 y la planta desaladora Rancagua en 2026, ambos proyectos fundamentales para fortalecer la seguridad hídrica”.

Para el jurista, la propuesta de pacto fiscal presentada por Hacienda el pasado 21 de diciembre, que incluye la reforma de permisos de concesiones marítimas, la ampliación del ¡programa de concesiones y el plan de inversión en infraestructura y gestión hídrica, presenta un marco positivo también para la industria de desalación, pero destaca que para materializar estos anuncios, “es crucial una coordinación interministerial eficiente y la asignación estratégica de recursos”. A juicio de Darraidou, todos estos avances no solo refuerzan la resiliencia ante la escasez de agua, “sino que también abren nuevas oportunidades para la innovación y la participación del sector privado en el desarrollo sostenible de la infraestructura hídrica del país”.