Los desafios que enfrenta la región para avanzar hacia la eficiencia hídrica

Cerca de 26 mil personas se abastecen de agua a través camiones aljibes en la zona, por lo que, para las autoridades regionales la construcción de una planta desaladora es una necesidad urgente. Sin embargo, los expertos advierten que antes se deben implementar otras medidas para mejorar la eficiencia hídrica.
El Día

Más de 4 mil millones de personas sufren de escasez de agua al menos un mes al año en el mundo. La cifra en Chile, en tanto, asciende a los 400 mil hogares.

En ese sentido, la desalinización del agua de mar es una alternativa que diversos gobiernos en el mundo han tomado para aumentar las reservas de agua dulce y evitar que ciudades sufran de racionamiento hídrico.

Un alumno aventajado en esta práctica es Israel quien convirtió su desértico territorio en un vergel. Hace 15 años la principal preocupación de los israelíes era la misma que la de los coquimbanos: quedarse sin agua. La puesta en marcha de la primera planta desaladora y la posterior construcción de cuatro instalaciones más han logrado que el 85% del agua que sale de la llave sea generada por esta tecnología y que el país ubicado en el corazón de Oriente Medio exporte sus excedentes a la vecina Palestina y Jordania.

Israel tiene la mitad del tamaño de la Región de Coquimbo, pero a diferencia de ésta, desde siempre ha lidiado con la sequía. Según expertos de la Embajada de Israel en Chile consultados por Diario El Día, la desalación fue el punto cúlmine de una política pública de eficiencia hídrica que incluyó la construcción de una carretera hídrica, la creación de tecnología para reducir la fuga de agua y educar a la población para cuidar este recurso esencial para la vida.

USO DEL AGUA EN CHILE
En Chile, la agricultura es el principal usuario del agua, con un 72% de los recursos hídricos que se consumen cada año. La industria sanitaria en tanto, usa sólo el 11% para abastecer a casi 5,7 millones de hogares en las zonas urbanas de todo el país, satisfaciendo las necesidades de 15 millones de personas las 24 horas del día, durante todo el año.

Al respecto, el anuncio de la ministra del MOP, Jessica López, en la sesión de la Comisión de Obras Públicas del Senado de la construcción de una planta desaladora multipropósito que podría estar operativa en el verano de 2028 abre el debate sobre si esta planta llegará a tiempo y también, qué otras medidas se pueden tomar para aumentar la eficiencia hídrica y evitar el racionamiento que anuncian los expertos, si es que el volumen de lluvia sigue igual al registrado en los últimos 15 años.

Se debe recordar que el 40% de las comunas del país están bajo Estado de Escasez Hídrica. Los inviernos generosos en lluvias y nieve son cosas del pasado, y los embalses están a un 40% de su capacidad.

Al 12 de julio, el embalse Puclaro contaba con un 13,5% de su capacidad total, La Paloma en el 7,6% y El Bato a un 48,3%. Por la misma fecha, La Serena alcanzaba un 81,4% de déficit de lluvias, Combarbalá, un 76,4% con, apenas, 29,3 mm, mientras que, Illapel, registraba un déficit del 76,5% con 27,2 mm.

El valle del Elqui se ha convertido en una zona semidesértica, en donde abundan los parrones secos, en varios pueblos las exportadoras de frutas han cerrado por las malas cosechas y el desempleo agrícola ha aumentado.

REDES EFICIENTES
Según Aguas del Valle, las pérdidas técnicas de agua potable en la región varían entre un 10 y 15% en los más de 2.100 kilómetros de tuberías de aguas potable que se encuentran enterradas. Para enfrentar este problema, la sanitaria realiza inspecciones preventivas para la detección y reparación de fugas y renovación de redes, mediante la incorporación de casi 2 mil sensores para monitorear las cañerías.

“Nos preocupan y ocupan las pérdidas de agua. Hay que entender bien esta cifra: el agua no facturada no es sinónimo de agua que se pierda. Se trata de agua que no facturamos a nuestros clientes regulados”, explica Andrés Nazer, gerente regional de Aguas del Valle, quien explica que el agua no facturada se puede generar por manipulación de grifos por parte de terceros y conexiones irregulares de campamentos que han aumentado los últimos años, entre otros usos indebidos.

La empresa sanitaria ha disminuido en más de seis puntos el índice de agua no contabilizada, alcanzando un 22,97%, cifra por debajo del promedio nacional de la industria y que en términos equivalentes a indicadores de comparación internacional, los deja en la categoría de alto desempeño, según estándares de la IWA (International Water Association).

En ese sentido, los israelíes presumen que en sus cañerías se pierde sólo un 3% de agua debido a fugas, un porcentaje que en el conjunto del país se eleva al 7%. En Chile, sin embargo, el agua que se pierde antes de llegar al contador llega al 30%.

¿Cómo es posible una ratio de pérdidas tan bajo? La respuesta es que todas las cañerías de la empresa sanitaria israelí -30.000 kilómetros de conducciones— están monitorizadas las 24 horas y los siete días a la semana y se aplican distintas soluciones técnicas para detectar las fugas en tiempos récord, mucho antes de que sean evidentes desde el exterior, que es lo que suele ocurrir en otros lugares, como Chile.

“Producir agua desalada para que la pierdas a través de las fugas de la red no tiene sentido. Entonces primero hay que tener una red eficiente (…). En Israel esto se logró incentivando a las empresas y startups a crear soluciones”, se detalla desde la Embajada de Israel en Chile.

Carlos Foxley, presidente de la Asociación Chilena de DesalinizaciónACADES, sostiene sin embargo, que es fácil decir que “las mejoremos, pero cuando uno tiene que empezar a picar dentro de una ciudad donde hay otras tuberías es difícil, costoso y lento”.

USO DE AGUAS GRISES
Las aguas grises son aquellas provenientes de tinas, duchas, lavamanos, lavaplatos, máquinas lavavajillas y lavadoras de ropa, las cuales pueden ser tratadas antes de ser vertidas al mar. Según Carlos Foxley, cerca de un 80% del agua tratada en ciudades costeras del país no es reutilizada en otras actividades.

A nivel mundial más de 20 millones de hectáreas de tierras de regadío son abastecidas con aguas residuales tratadas, lo que equivale al 7 % de las tierras cultivadas. En Israel uno de los secretos para convertirse en un vergel fue la utilización de estas aguas en el sector agrícola e industrial. La reutilización de estas aguas puede reducir en un 30% el consumo de agua potable.

Aquí en Chile, en 2018, fue aprobada una ley que regula la recolección, reutilización y disposición de aguas grises. Esta legislación está siendo modificada para contemplar el uso de estas aguas para el riego de cultivos agrícolas, riego de árboles frutales, cereales, viveros o cultivos industriales, entre otros, aunque excluye las frutas y verduras que crecen a ras de suelo o suelen consumirse crudas, como las hortalizas. En estos momentos, se encuentra en segundo trámite en el Senado.

En julio pasado fue aprobada por la Cámara de Diputados por 133 votos a favor. “Este proyecto es un excelente punto de partida para analizar la reutilización de agua en las regiones en donde nos encontramos con un déficit hídrico importante”, sostiene la diputada comunista Carolina Tello a Diario El Día.

En ese sentido, el Ministerio de Agricultura, determinará los lineamientos y estándares para la implementación de los proyectos de aguas grises tratadas de uso silvoagropecuario, cartera que tendría un año desde la publicación de la ley para crear un reglamento que regule esta materia.

Mientras, los responsables de desarrollar sistemas de reutilización de estas aguas estarán obligados, durante el primer año, y de forma trimestral, a rendir cuenta de los usos de los fondos públicos destinados a esta misión ante la Comisión de Agricultura del Senado y de la Cámara de Diputados.

EDUCACIÓN HÍDRICA
Sin embargo, manguarear el auto, regar el jardín a mediodía, lavar ropa todos los días o incluso bañarse todos los días, son prácticas que el país de Tatiana Rascovsky, asesora de economía de la Embajada de Israel en Chile, no existen y que deberían de erradicarse si es que se quiere cuidar el agua.

Cuenta la historia que en los primeros años de la posguerra, los israelíes tenían una cartilla de racionamiento hídrico y el Estado realizaba campañas para potenciar la reutilización del agua. En la entrevista concedida a El Día, Tatiana Rascovsky, muestra un afiche que recibían los habitantes de Jerusalén en donde se les explicaba qué otros usos le podían dar al agua destinada a lavar la ropa.

Es así como la educación hídrica o la toma de conciencia por parte de la población de cuidar y usar el agua es parte del ADN del israelí, pues se enseña desde primaria en las escuelas.

“En Israel nunca hubo agua a diferencia de algunos lugares de Chile, en donde antes llovía y hoy no. Entonces desde un principio se tuvo que asumir y enfrentar el desafío de ahorrar el agua y reciclar”, señaló Tatiana.